Hay momentos en nuestra vida donde podemos
encontrarnos sumergidos en la soledad y la incomprensión. Somos rechazados por
aquellos que más queremos, y todo intento por cambiar esta situación parece ser
inútil. Tal vez te encuentras solo luchando, y nadie parece acompañarte en el
camino que te conduce a tus sueños, sin embargo no estás solo, Dios está
contigo. Y aunque en tu mente no puedas comprenderlo, esto es parte del proceso
permitido por Dios para enseñarte a depender solo de Él
Que buenas son las palabras de ánimo, y el buen consejo de un
amigo en momentos de dificultad, son medicina a nuestros huesos...aunque no
podemos depender solo de ello para estar motivados y concretar nuestros sueños,
necesitamos aprender a depender de Dios.
Si quieres disfrutar la plenitud de Dios en tu vida, deberás
transitar caminos de soledad. A veces debemos quedarnos solos para aprender a
depender únicamente de Dios.
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